Entre mediados del siglo XIX y buena parte del XX muchos jóvenes de las provincias del norte emigraron a tierras americanas soñando con hacer fortuna, pero lo cierto es que apenas un cinco por ciento consiguió triunfar. La mayoría de ellos acabó llevando una vida de privaciones y miseria mucho peor incluso que en su propia región de origen.
La historia de la joven rica que murió el mismo día de su boda
En los años 90 conocimos a una señora nonagenaria que vivía sola en un pueblo del norte de Burgos. Se llamaba Rosario y todos sus días eran iguales. Se levantaba, arreglaba un poco la casa y esperaba a la furgoneta que vendía ultramarinos para hacer la compra del día. La edad ya no le permitía cuidar del jardín ni tener huerta, y su casa era tan vieja que no había ducha. No tenía familia, ni mascota, ni siquiera teléfono para hablar con alguna amistad cuando la movilidad fue insuficiente hasta para coger el autobús o el tren.