«En manos de mujeres» es la segunda publicación editada por el Ayuntamiento de Zalla desde la perspectiva de género
Novélame y Ayuntamiento de Zalla continúan rescatando la historia del pueblo a través de la mirada femenina con la publicación de «En manos de mujeres», un libro que analiza el trabajo de las mujeres en las numerosas empresas que antaño hubo en Zalla.
A partir de la documentación existente y de los testimonios de mujeres de Zalla, se ha descrito la actividad de cinco empresas del pueblo que utilizaron numerosa mano de obra femenina.
Las empresas de Zalla utilizaron la mano de obra femenina para desarrollar trabajos en cadena o de escasa cualificación
El libro recupera la memoria histórica de Zalla desde la perspectiva de género. Durante la Segunda República, las mujeres consiguieron el derecho a voto, accedieron a la cultura y se incorporaron al mundo laboral, pero con la dictadura todas esas conquistas fueron desbaratadas y debieron volver a los roles tradicionales de esposa, reproductora y madre ejemplar. No obstante, el régimen permitió su incorporación al mercado laboral como mano de obra de ciertas industrias.
En Zalla, el tejido industrial que representaron las empresas Serrano, Plomos y Estaños Laminados, Plaza, Lacabex o La Papelera dio una oportunidad a las chicas del entorno inexistente en otras localidades, especialmente en aquellas de carácter rural, donde sus posibilidades se reducían a vivir del campo o convertirse en sirvientas.
Una vez contraían matrimonio, las mujeres dejaban sus empleos y se dedicaban a formar una familia y atender el hogar
La dictadura vendió el acceso al empleo de la mujer como una liberación y argumentó que su presencia resultaba necesaria para desarrollar labores que requerían determinadas habilidades, pero lo cierto es que descubrió en ellas una bolsa de trabajo idónea para ocupar puestos no cualificados, como las tareas en cadena.
El uso de mano de obra femenina permitió abaratar los costes de producción y favoreció que los empresarios afines a la dictadura tuvieran mayores beneficios, todo ello en connivencia con el régimen, que consistió que se las utilizara para enriquecer a los vencedores de la guerra.
A pesar de esta discriminación y maltrato del sistema, con el final de la dictadura la mujer consiguió abrirse camino dejando atrás la idea de que era el hombre quien debía trabajar y aportar el salario en casa, reflexionó sobre su propio valer y reclamó un reconocimiento a su labor.

Toda una historia de mujeres luchadoras que supieron ganarse el pan y que, con su experiencia, contribuyeron a poner fin a su explotación.
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