Ahora que acaban de pasar los Reyes Magos dejando muchos juguetes, es buen momento para contaros una curiosa historia de las tantas que escuchamos y escribimos cuando hacemos biografías noveladas. Esta que viene a continuación está protagonizada por Mariquita Pérez, la muñeca más célebre del siglo pasado.

Mariquita Pérez llegó al mercado en 1940 y está considerada como una de las mejores muñecas fabricadas en Europa. Durante casi cuatro décadas se convirtió en un fenómeno social y en el juguete más deseado por el público infantil de países como Portugal, Argentina, Venezuela y Cuba, además de la propia España. Sin embargo, su precio era muy elevado y no estaba al alcance de todas las economías, así que solo las niñas de familias acomodadas acababan haciéndose con una de ellas.
La primera tienda destinada a la venta de esta muñeca se inauguró el 11 de noviembre de 1940 en el número 12 del actual Paseo de la Castellana de Madrid. Poco tiempo después, el lugar se quedaba pequeño y se abría otro espacio dedicado a Mariquita Pérez en la calle Serrano, 8. Esta tienda se convirtió en todo un acontecimiento social, porque en su escaparate, además de exhibirse muñecas, vestidos y otros complementos, también se reproducían escenas de la época como un palacio o una obra teatral de Don Juan Tenorio. Por allí acabarían pasando Eva Perón, Grace Kelly, Gina Lollobrigida o la reina Fabiola de Bélgica para comprar su propia muñeca.
Mariquita Pérez era el juguete preferido de las niñas, pero solo aquellas de familias pudientes podían permitirse tener una de ellas
Dado el éxito de esta tienda, se planteó la posibilidad de abrir delegaciones en otras ciudades. Su inventora, Leonor Coello, recorrió España a bordo de una furgoneta decorada con las rayas rojas y blancas que identificaban a Mariquita Pérez y conducida por un chofer. Llegaba a las tiendas más selectas y ofrecía a sus propietarios la venta en exclusiva de su muñeca. A cambio les entregaba mercancía, papel de regalo con franjas rojas y blancas y un letrero para colgar en un lugar destacado de la fachada.
Las primeras tiendas a modo de franquicia se abrieron en Santander, Bilbao y Segovia hasta alcanzar cuarenta establecimientos por todo el país e incluso Dallas, Chicago y Colombia.
En Bilbao, el comercio que vendía muñecas de Mariquita Pérez estaba en el número 4 de la calle Licenciado Poza y era regentado por una mujer llamada Rosana que decoraba el escaparate cada temporada haciendo de él un lugar espectacular. Todas las niñas pegaban su nariz al cristal y se quedaban ensimismadas admirando aquel juguete que tanto ansiaban y que tan pocas podían conseguir.
En Bilbao, la tienda que vendía esta muñeca estaba regentada por una mujer llamada Rosana que hacía una fiesta anual de Mariquitas
Pero el marketing de Mariquita Pérez en aquella época no se ceñía a reclamos publicitarios o una imagen corporativa basada en las rayas rojas y blancas. Una vez al año, la juguetería de Rosana organizaba una fiesta de cumpleaños a la que invitaba a todas las niñas que tenían una Mariquita: una especie de ‘quedada’ de esos tiempos.
Ellas engalanaban la muñeca con trajes de moda y se encaminaban hacia el comercio, donde merendaban mientras conversaban sobre el famoso juguete. El convite concluía con una fotografía de grupo en la que la propietaria de la tienda posaba con todas las niñas y sus muñecas, tal y como se muestra en la imagen inferior, tomada en Bilbao a finales de los años 40.

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